miércoles, 23 de mayo de 2012

Ensayo: País de Mentiras. Autor: Jorge de Jesús Navarro Contreras

La mentira nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia y se ha utilizado para distintos fines, desde los cimientos de nuestra nación,  la mentira forma parte de nuestra identidad, desafortunadamente.
Si es normal encontrar en casi todo ser humano rastros de mentiras, (aun no conozco a alguien que no haya dicho una sola mentira), los que son expertos y no podrían concebir su vida sin este elemento son los políticos mexicanos.
Según la autora de este libro, la mentira ha existido en el discurso publico que los mexicanos escuchamos de nuestros políticos, eclesiásticos, empresarios y comunicadores, pero en especifico en la forma de gobernar este país desde los tiempos de virreinato, con el “obedézcase pero no se cumpla” y a lo largo del tiempo se ha perfeccionado y se ha dado de distintas formas, pero en este nuevo siglo se ha acentuado, ya que en palabras de la autora “la mentira sirvió para llenar los huecos y tapar lo que no se hacia y lo que no se cumplía de las promesas en las que cifraron sus esperanzas millones de mexicanos” haciendo referencia a los tiempos de transición que supuso la llegada de la democracia, de modo , pues, que si la mentira constituyó siempre la esencia de la vida política mexicana, hoy es además indispensable para gobernar.
Pero ¿en qué se cimenta la mentira en nuestro sistema de gobierno?, ¿de dónde nace este elemento que, aunque no nos guste aceptar, esta presente en la vida diaria de nuestro país?, la respuesta es fácil, basta con mirar la estructura de gobierno de nuestro país, la excesiva burocracia, al parecer en nuestro país somos expertos en crear secretarías, subsecretarias, procuradurías y fiscalías, institutos y organismos, comités y consejos, para cada problema o asunto se crea una instancia que se supone que dará atención pronta y oportuna, siendo todo lo contrario, que si hay corrupción, se crea una Secretaría de la Contraloría (hoy llamada de la Función Pública), que si hay contaminación se crean no una si no varias instituciones para combatirla, que si hay delincuencia se crean comisiones y si no funcionan se organiza un Plan de Reacción Inmediata, si no funciona se organiza una reunión nacional de procuradores si esto no da resultado se crea una nueva Secretaría de Seguridad Publica, en fin en este país todo se centra en crear instrumentos pensando en que eso será lo que resuelva todos los problemas sin darse cuenta a veces pero, dándose cuenta las mas, que con estos instrumentos se crea mas burocracia innecesaria lo que trae consigo el principal mal de nuestra sociedad, la corrupción.
Ahora, este complejo sistema burocrático debe de estar plenamente legitimado y que mas legitimo que la ley misma, y en eso nuestro gobierno se pinta solo, ¿Habrá otro país que tenga mas leyes vigentes (obsoletas e inoperantes la mayoría), convenios, acuerdos, tratados, a favor de todas las causas, las buenas, las mejores y las excelentes, que nuestro país? Difícilmente. Total crear leyes es fácil, al fin que lo de menos es lograr que se cumplan.
Y por si esto fuera poco, en México la ambigüedad y la inequidad en la aplicación esta presente en nuestras leyes, a tal grado en que se castiga a una persona que quiere poner una tiendita, de dos metros de largo por dos de ancho, por no contar con dos lugares de estacionamiento, y en cambio la autoridad se hace de la vista gorda cuando un local habilitado para un bar no cuenta con salidas de emergencia, extinguidores, servicios sanitarios, de manejo de basura y de vigilancia como lo exige la norma siendo esto de carácter obligatorio, o el caso muy sonado del famoso Jefe Diego que consiguió una indemnización millonaria para un cliente al que le expropiaron unos terrenos, siendo las leyes “claras” para estos casos, en cambio al jefe de Gobierno del DF en ese entonces le querían quitar el fuero por expropiar un terreno para construir un camino hacia un hospital. La ambigüedad normativa esta presente en el sistema mexicano como un aliado para interpretar a su conveniencia en ciertas circunstancias.
LAS MIL Y UNA FORMAS DE MENTIR.
¿De cuantas maneras distintas se puede mentir? De muchísimas, en México se han usado todas las que existen, y hasta las que no se han inventado.
Una de las mas frecuentes, y que al parecer esta de moda en estos días, es la de Prometer y No cumplir, cada sexenio desde el que quiere ser presidente, hasta el que quiere ser diputado, gobernador o presidente municipal, se desviven en inventar, modificar e inventar promesas algunas perfectamente viables otras no tanto siempre acompañadas de un eslogan llamativo como “Danos la oportunidad de servirte” “Un cambio asegurado” o las mas en boga, “Tu sabes que voy a cumplirte” (la verdad no lo se) “Diferente” (ay aja) “El cambio verdadero esta en tus manos” (¿y en las tuyas candidato?) “Contamos contigo” (primero fue pregunta ahora afirmación), al fin y al cabo lo fácil es eso prometer, pero el colmo del descaro es cuando un candidato es electo se sigue de frente con las promesas pero la diferencia es que ya no se llaman así, sino que se transforman en planes, proyectos, programas, de los cuales muy pocos se convertirán en realidad, y a estos no concretados el sucesor le cambiara el nombre para que la gente se crea que lo que propone es mas factible.
Una forma muy común de mentir es la que parecería más improbable: con las cifras, porcentajes y estadísticas, todos esos números que los burócratas adoran, y a los que consideran verdad incuestionable, “Los números no mienten” decía un secretario de hacienda. Pero si que lo hacen. Por ejemplo a la hora de decir cuantas personas participan en una guerrilla el gobierno siempre dirá que son pocas, y en cambio a la hora de decir cuantos elementos tiene el ejercito para combatirla siempre dirá que son muchos.
Pero no solo el gobierno se comporta así, los comunicadores, los líderes de los partidos, líderes de organizaciones, son los encargados de dar cifras que en muchos casos no son ni cercanos a la realidad, por lo menos no a la realidad de sus opositores. Lo que pasa con los números es que si no se conceptualizan con nada, si no se comparan con rubros similares resultan mas engañosos, y hay casos en los que son tantas las mentiras que se dicen para salir del paso que los que hoy dicen que una obra pública costará 91 millones, son los mismos que mañana dirán que en dicha obra ya se utilizaron 150 millones y no se ha terminado ni un 50% de esta. Las cifras se utilizan para esconder la realidad y para embellecer datos que por si solos no se escucharían bien. Y sin embargo a pesar que los números son perfectamente manipulables se siguen utilizando para darle a las cosas la apariencia de certeza, seriedad, infalibilidad y sobre todo realidad.
Otra forma de mentir en nuestra cultura es la que se puede ilustrar con la siguiente frase del escritor Luis Spota “lo importante no es poner el huevo, sino saberlo cacarear.” El alarde es una perfecta forma para esconder la inoperancia de algunos funcionarios en unos logros medianos que los hacen ver mas efectivos de lo que son, y a veces estos alardes son de los mas absurdos, como una delegada del DF que mando a poner en todas las bardas de su delegación el “magnifico logro” de tramitar y entregar mas de 25 mil curps, cuando es obligación de cada habitante del país realizar este tramite, o el que pareciera un chiste para nuestra inteligencia, en Michoacán se pinto en una barda que en lo que iba del año se habían alfabetizado a 62 mil adultos, pero no ponía el periodo, y si uno pasaba el 2 de enero del siguiente año parecería que al día se habían alfabetizado a 31 mil adultos. Y en nuestro ámbito local lo vemos mas seguido, nuestra gobernadora es experta en ufanarse de cada logro conseguido, aunque no sea propio de su gestión, como las carreteras que se empezaron a construir en el final del gobierno pasado. La forma mas preferida de alarde de nuestros gobernantes es cuando se trata de dar a conocer el informe de actividades, diciendo que se lograron avances significativos pero no dicen en comparación con que o con quien.
Hay funcionarios que prefieren pretender que las cosas están bien, pretender que ellos no hacen nada malo y no conformes con eso pretender que nos traguemos el cuento, como el expresidente Fox que creo toda una utopía llamada por los comentaristas “Foxilandia” un lugar donde no había pobreza, donde había crecimiento y desarrollo económico con disminución del desempleo, donde no solo el mandatario pretendían estar en un estado de gracia, sino que todos sus secretarios nos venían con declaraciones tan increíbles como que en su ultimo año de gobierno se habían creado 700 mil empleos, cundo los estudios decían totalmente lo contrario.
Pero no solo entre las altas esferas  del poder se da el pretender en  todos los círculos se da ya que al parecer en nuestro país la fachada es lo que cuenta y en función de ella se hace lo que sea.
Otras de las técnicas utilizadas son minimizar y descalificar lo que se dice de nuestro trabajo, que si los medios dan un panorama catastrófico de la sequia, el titular de la secretaria encargada del asunto dice que “la situación no es catastrófica sino que se trata nada más de un impacto severo” y si el embajador gringo denuncia la situación de violencia que hay en el territorio mexicano, el Secretario de Relaciones Exteriores dice que esas declaraciones “no nos preocupan”
Y todo se agrava cuando en la lucha por hacerse de un poder todos empiezan a hablar de más, los políticos, empresarios, eclesiásticos, y los intelectuales, todo aquel que puede habla, “Palabras, palabras, palabras” decía Justo Sierra hace cien años y la escritora Elena Poniatowska afirma que “la política es no hacer nada, es sólo hablar”. Y si a esta habladuría se le suma que nuestros poderosos terminan enredándose cambiando por completo lo que supuestamente quieren decir y muchas veces no decir nada aunque parezca que dicen mucho. El cantinflismo, técnica utilizada únicamente en México.
Otra técnica que utilizan los políticos es el tergiversar las cosas para que la gente se confundan y logren debatir las propuestas que no les convendría que no se aprobaran, como cuando se amenazaba con grabar con el IVA a los libros, generando un escandalo que distrajo a los interesados, sin decir nada decidieron que el ISR pasara de tasa cero al 32% de gravamen. Esto debido que no hay una costumbre de dar información precisa a los ciudadanos, no obstante de las nuevas leyes de transparencia y manejo de la información publica.
También se dicen verdades a medias como el del funcionario saliente que se ufana al decir que deja en la caja miles de millones de pesos, pero no dice que es debido a que no cumplió con lo que tenia que hacer, que no se llevaron a cabo la adquisición o construcción de obras para el bien de la población, así todo cambia. Se dan versiones diferentes, se cambian significados de palabras, no se llaman las cosas por su nombre, le ponen nombres nuevos a los viejos, se sueltan chismes y rumores, tantas cosas que se utilizan para mentirle a las personas que los eligen y los posicionan en ese lugar privilegiado.
Pero lo más alarmante es el doble discurso que hay entre nosotros, ¿No se escucho alguna vez a un presidente decir con lagrimas en los ojos que no nos iban a volver a saquear y luego se le vio regalando el petróleo?, ¿No oímos a los empresarios endilgarnos arengas sobre la necesidad e importancia de invertir en México y luego, en cuanto pueden, sacan su dinero del país? Y así hay muchos ejemplos del doble discurso, que llega a ser esquizofrénico ¿Somos un país rico o pobre?, ¿Hay dinero o no lo hay?, ¿Hay o no hay crecimiento económico?
En México somos así y ya ni cuenta nos damos: la publicidad que nos insta a cuidar el agua, se hace a través de imágenes de televisión en las cuales mientras se dice el mensaje hay una llave abierta que deja correr cientos de litros del liquido los cuales se desperdician para decirnos que no debemos desperdiciar.
Y hay mas formas de mentir que traen como consecuencia  que los ciudadanos desconfíen en lo que los encargados de llevar las riendas del país nos dicen, que se falte mas al respeto a las entidades y órganos de gobierno, a que se acrecente el desinterés de la gente en los aspectos importantes de la nación, en la falta de memoria de la gente que a veces no se entera que le están mintiendo, se crea una doble moral que se convierte en forma de vivir, aparece la desesperanza y la apatía ya que no hay líderes que exijan el cumplimiento de nuestros derechos y en cambio la gente espera que el gobierno les de todo sin hacer nada, y por si esto fuera poco, el máximo problema de nuestra sociedad cada día se hace mas grande e incontrolable: La Corrupción, se hace parte de la vida diaria, y para todo lo queremos solucionar con mordidas y “ayudas” para los que tienen el poder.
México entra al siglo XXI de la mano de la mentira y de la simulación, compañeras fieles a lo largo de la historia, pero ahora han alcanzado alturas insospechadas. Porque nunca la incongruencia entre el discurso del poder y la realidad es enorme. Ya ni siquiera sabemos si somos una nación, si tenemos una identidad y cual seria esa y no tenemos un proyecto a futuro, cuestiones de las que hace apenas unos años nadie dudaba.
La mentira es la esencia de nuestra vida política. Y lo que le permite seguir funcionando.
En sentido filosófico la verdad no existe. Sabemos que todo depende, como dice el dicho, del cristal con que se mira. Lo que para uno es bello para otro no lo es, lo que para uno es riqueza para otro resulta insuficiente. Se dice por eso que la verdad es relativa.
Asignatura: Psicología del mexicano
Ensayo Final sobre el libro: País de Mentiras 
De los autor: Sara Sefchovich.
Fecha: mayo de 2012
Profesora: Patricia Ancona González

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